Rectocele, ¿cómo solucionarlo?
Hoy vamos a hablar del prolapso vaginal poterior, más conocido como rectocele. Este tipo de prolapso aparece al debilitarse el tejido que separa la vagina del recto. Cómo resultado la vagina desciende y puede sobresalir.
Mientras que el cistocele es una hernia de parte o de toda la vejiga hacia la vagina, el rectocele es una hernia del recto.
Dependiendo del grado del rectocele, la hernia puede permanecer intravaginal o incluso puede llegar a sobresalir al exterior de la vulva.
El rectocele tiene tratamiento, pero no debe tomarse a la ligera.
Si se detecta a tiempo, unas cuantas sesiones de reeducación perineal pueden ayudar a evitar la cirugía.
Si te interesa el tema, puedes echar un vistazo al testimonio de Ghislaine. Ella rectificó su problema de rectocele mediante la rehabilitación del suelo pélvico.
Causas de un rectocele
Los motivos por las que algunas mujeres son propensas a padecer rectocele siguen sin estar claras.
Sin embargo, hay algunas hábitos cotidianos que hay que tener en cuenta si se quiere evitar la aparición de esta hernia rectal. En cualquier caso, si padeces un rectocele, es probable que tu periné esté débil. Fortalecerlo requerirá sesiones de rehabilitación con unespecialista del suelo pélvico al principio.
Estreñimiento
El estreñimiento crónico puede ser una causa y también una consecuencia conocida del rectocele. Si tienes tendencia al estreñimiento, los empujones repetidos que haces pueden debilitar tu suelo pélvico. Pudiendo provocar un trastorno del movimiento intestinal cuando se necesita defecar.
Debído a que cuando empujas para defecar, también tienes que relajar el esfínter. Si esto no ocurre, tendrá que esforzarse más para sacar las heces. Como resultado, se ejercerá más presión sobre el suelo pélvico y, a fuerza de empujes repetidos, se puede desarrollar un rectocele.
El parto
El parto por via vaginal es una causa común de rectocele. Una ruptura traumática de las uniones ligamentosas de los órganos pélvicos causada por el parto puede provocar un rectocele. Pero esto puede ocurrir mucho después de un nacimiento. Especialmente si la rehabilitación del suelo pélvico no se hizo o no fue suficiente.
Un cambio hormonal
En el momento de la menopausia, el cuerpo de las mujeres está sujeta a muchos cambios. El más difícil de afrontar: el cambio hormonal. Esto último puede debilitar los tejidos de los músculos del suelo pélvico. Este debilitamiento puede causar un rectocele. Tomemos el caso de Ghislaine, que no es ni mucho menos un caso especial. Al haberse sometido a una histerectomía y a la extirpación de la vesícula biliar, tenía una probabilidad potencialmente mayor de desarrollar un rectocele. A raíz de esta operación y de los problemas de estreñimiento, un día se encontró con un rectocele.
Tratar un rectocele sin cirugía
Si tienes la menor duda de padecer un prolapso, pide cita con tu ginecólogo o médico de cabecera. Tu profesional podrá aconsejarte sobre un tratamiento adecuado.
Si sufres de estreñimiento, puedes someterte a un tratamiento laxante que te permita evacuar las heces. Pero también existen otras soluciones, como la rehabilitación anal por biofeedback. O las sesiones de rehabilitación del suelo pélvico con un especialista.
Para un resultado rápido y duradero, puedes complementar las sesiones con entrenamiento en casa. Existen soluciones eficaces y motivadoras para realizar tus ejercicios de Kegel, con Emy notarás los resultados en sólo 3 semanas.
Con la intención de facilitar el acceso a la sanidad en casa, Fizimed ha desarrollado una aplicación móvil y un ejercitador de Kegel conectado para luchar contra el prolapso de órganos pélvicos. Emy está clínicamente probado, de hecho, tonificar el suelo pélvico ayuda a evitar el prolapso.
Tratar un rectocele con cirugía
La rehabilitación del suelo pélvico vaginal o anal puede no ser suficiente para tratar el rectocele. En estados más avanzados es posible que tengas que someterte a un tratamiento quirúrgico. De nuevo, sólo un profesional de la salud que te siga puede aconsejarte al respecto. Hay muchas técnicas posibles para reducir el volumen de la bolsa rectal.
Colocación de tiras o prótesis
La mayoría de las veces, el cabestrillo se coloca por laparoscopia abriendo la cara posterior de la vagina, el periné o la pared anterior del recto.
Algunos cirujanos juntan los músculos elevadores o la pared rectal. Otros utilizan prótesis finas colocadas entre la vagina y el recto.
Una última técnica consiste en realizar una ablación seguida de una sutura de la pared rectal.